Don Alí Almeida
Personajes
Por Daniel R Scott
(publicado el 14 de junio de 2010)
Este miércoles, nueve
de junio, me amaneció demás de temprano con una triste noticia: "Murió Alí
Almeida." Así me lo dijeron, lacónicamente y en toda su desnudez. Yo a mi
vez, comuniqué la noticia por mensaje de texto a todos los que pude, que fueron
muchos, personas que lo admiraban. Muchos, muchos lo quisieron y quieren.
Recuerdo que a
varios de mis amigos les dije algo como: "Con la partida de Don Alí
Almeida ya casi se extingue una vieja y veterana generación que hizo carrera en
las letras, la poesía, la literatura y el periodismo regional."
Triste epitafio colectivo, ahora lo veo así. Cuidado si esa generación
ya no murió. Tomar conciencia de ello nos deja un mal sabor de boca.
En efecto: personas
como Parminio González Arzola, Miguel Quintana, Jesús Bandres, Víctor Pérez
Pérez, Alí Almeida, Antonio Scott Power y otros ilustres que se me escapan de
la mente, pero a los que igual le rindo tributo, le dieron con su pluma maestra
y aguda, identidad y rostro a las ideas, al civismo, a las posturas
políticas y al terruño en general.
De muchacho los
solía ver a las puertas de "El Nacionalista", dialogando,
discutiendo, soñando. Algunos se atacaban entre sí para luego amistarse otra
vez. Es lo que me gustaba de esa generación ya ida. Y robando, parafraseando o
torciendo un poco el pensamiento de nuestro querido Aquiles Nazoa, diría
que Don Alí Almeida constituía un bello ornamento en la arquitectura
espiritual del periodismo de San Juan de los Morros. Un caso aparte.
Lo recuerdo en sus
columnas, foros, referencias personales y breves encuentros. Alguna vez me
dedicó de su puño y letra un libro de su autoría. Su trabajo es vasto,
amplio, enriquecedor, quedándonos como punto de referencia. Y lo más
importante: Nos dejó una fracción de eternidad, porque la palabra
escrita es la inmortalidad del intelecto.
Siempre recordaba
en sus columnas los cumpleaños de papá, periodista al igual que él. No se me
olvida que en una punzada poética y de nostalgia, escribió: "¿Cómo sería aquel San Juan de los
Morros el 2 de septiembre de 1912? Un pueblo hermoso, bucólico lleno de neblina
por las mañanas y con mucho monte, por las cercanías de la casa donde nació
Antonio, por allí en la calle Mariño, donde a mitad de la cuadra, en vía al
mercado viejo de San Juan."
Y cuando a alguien
que hoy no recuerdo, se le ocurrió tildar a Alicia Scott, hoy por
hoy destacada y conocida personalidad y profesional de aquilatadas
virtudes, de "desconocida", un Alí bueno, caballeroso y sensible
replicó más o menos en estos términos: "Alicia
Scott no es una desconocida por los lados de sus ancestros. Su bisabuelo Daniel
Scott fue el fundador de Ariel, el primer periódico que circuló en San Juan de
los Morros en 1922”. Cuando le comenté ese incidente a Alicia Scott, me
respondió: "Él se portó
maravillosamente conmigo".
Tuve el privilegio
de ser maestro de ceremonias en un homenaje que se le hizo en la Alcaldía de
Roscio. Creo que era el año 2005 o 2006.Nuestro cronista Argenis Ranuárez, quien
siempre le profesó admiración y cariño entrañable, justipreció con dedicación y
verbo maestro la trayectoria y cualidades del querido amigo que se nos fue.
Colocó la música que le gustaba.
A la hora de
escribir este artículo, conservo y observo en mi álbum una fotografía que me
tomaron, en tal evento, a su lado. Pienso que uno se siente contagiado de
dignidad cuando se está al junto de una persona digna. Muere el hombre
digno, pero deja antes de partir caminos abiertos a las generaciones por venir.
Son caminos de dignidad.
Y como decía un poeta anónimo, no preguntes "¿Cómo murió?" más bien
pregunta "¿Cómo vivió?" Alí Almeida vivió como hombre sin tacha
y buen profesional. ¿Qué más se puede pedir? Se fue, pero queda su ejemplo
perfumando el presente y el futuro.
Don Alí Almeida:
tus cenizas de hidalgo forman ahora parte del paisaje del Morro Mayor, el amado
Paurario
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